martes, 13 de marzo de 2012

Bernabé Alberto De Vinsenci

BERNABE ALBERTO DE VINSENCI . nació en saladillo, Buenos Aires. Estudia Lengua y Literatura. Su primer objetivo ser hijo de la libertad. Sufre, ríe más en las tardes de invierno que las del estío.

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COMO DEFINIRNOS
 (20 de junio día de la bandera)




Es el celeste vehemente del manantial de un río que se desgarra sobre extremos limitados hasta el blanco de nardos, quien, contiene en el centro su astro. Han sido innumerables los ojos saciados en este río cuando el horizonte  bajaba sus pupilas amenazando los sueños. Otros en cambio, utilizaban el blanco nardo para crear lunas desdibujadas y lograban sentirse sosegados. Pero ¿Qué es lo que sucedió cuando el alba penetró su espada sobre el caballero diurno? El astro temerario se había adelantado  por encima de los alambres de púas  vislumbrando a los senderos sin faroles. Por lo pronto, los rostros lograron distinguirse unos a los otros y altaneras voces callaron el silencio con sus labios en la apertura de un himno con partituras sangrantes. Luego caminaron con el peso de sutiles cadenas de manos haciendo eslabones para sus regiones.
¡Cuánto ha de significar el tiempo frente a la memoria! ¡Cuánto fruto engendra  la tierra con las manos!
¿Y de las lágrimas?  ¿Quién habla? ¿Acaso es perder? Ellas, aún, sirven para el espíritu de las praderas que nos encogen hacía el altar de la historia.
Existe un momento en que nos reivindicamos  ¡Hay un día en que frenamos los pasos para mirar lo caminado! Y es grato tener sobre las manos el marco de un espejo en el cual contemplarnos y  encontrarnos. Ese marco es la Bandera.


 No confundamos Bandera con guerra, la Bandera es sinónimo de compromiso. Más allá de los verdugos que han utilizado su nombre, ella es el presente, está compuesta por nosotros.




La muchacha
(El alma de una verdadera mujer es cuando aprende a ser temeraria y tiene como espada la decisión)

Fingió sonreír para la dama vestida de blanco
que ornamentaba sus oídos con dos grandes aros. (Mujer aturdidas por tardes de soledad)
Dijo-¡Adiós!- Estremecida (La doncella queriendo marcharse abrumada por la existencia). Estaba agotada para el padre que tenía un cigarrillo encendido sobre sus dedos (Acariciando su barba compañera)
. Lagrimas tétricas pensó el perro reposándose a lo largo del suelo.(Esperando saciar de amor a alguien con largas lambidas)
Quería ser como ella replico la tormenta. (Cansada de malas anunciaciones)
Parada suspirando aludiendo a la intensidad
deformaba sus uñas. (Para sosegar su nervios)
Omitía mirar a todos.
¿Qué harás?- Sugirió la madre escondida en las espaldas de su hija.
Suspiro absorbiendo la mayor cantidad de aire posible. (Pero sabía que no debía hacerlo demasiado) Respondiendo a preguntas casi filosóficas ¿Qué respiraran los demás? ¿Gran parte de él puede matarme? ¿Qué hará la humanidad si respiro todo el aire?
-No lo sé- Respondió obligadamente (Su voz era ajena fuera del tiempo)
Todos seguían unido esperando la repuesta deseada (Deseo totalmente egoísta) ¿Por qué escuchar del otro la repuesta que deseo? Obligar a la persona transitar un laberinto enajenado.
Visión de sus ser (No debo hacerlo, pertenecer a una familia aristócrata no me hará tomar la decisión que ellos quieren. Están ahí esperando su querida repuesta y yo aquí en el medio de la nada. Pero si tomo esa decisión me arrojare al vacio, por ende, se los diré)
-¡No, no voy a casarme. Esto es suficiente!- Exaltó a todos- ¡No lo amo y no voy hacerlo!
Voz interna (Lo hice ya está. Era simplemente eso decirlo)
Tomo su campera y se marcho. Todos quedaron atónitos mirando al joven.


DEJO EN CLARO MI CONCEPTO SOBRE LA MUJER:


A veces han dicho que el órgano más importante es el corazón y algunos lo desmienten, a mi me interesa la segunda postura. Sosteniendo que el corazón y complemento del hombre (Concepto que abarca en mis entrañas al varón-mujer) es la mujer. El hombre podría tener un órgano (corazón) pero sin la ella no es nada más que un pedazo de carne. Somos hijos (hombre-mujer, uno) de la libertad, por lo tanto deberíamos ser apolítico, el problema del sistema(el hombre ha creado este monstruo y este ahora lo maneja a él, por lo que tendría que se viceversa)es que excluye mas a la mujer, mi interrogación es la siguiente ¿Por qué hijo de la naturaleza de un animal racional (mujer, claramente estoy sujeto a la mujer) tengo que adaptarme a un conjunto de normas absolutamente contradictorias que son enajenadas y exprimen a una multitud y sacian a unos pocos? Es lógico quienes se espantan y por ende se unen son los subalternos. El único machismo hasta el momento ha sido el estado, como individuo me considero casi piel de mujer.
La mujer es la ternura ese contagio que el hombre no tiene, la mujer es lo inexpresivo que hasta el mismo artesano/a (quien nos creo) no sabe definirlo.
La mujer es simplemente es todo, el sostén de la especie, la voz.

A veces creo que la mujer es el cuerpo y el hombre el virus, pero además ella es su propio remedio…


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HAY, SIEMPRE LO HABIDO Y LO HABRÁ

Hay una dicha que concede
la unión, la estrecha
e infinita liberación.
Hay un victimario que concede
el individualismo, la depredación
de una misma especie en
una superficie que le ofrece hermandad.
Hay una equivocación que concede
la desnudez, el pudor.
Hay un esfuerzo que concede
la utopía, el caminar.
Hay un enigma que concede
la muerte, el mas allá.
Hay una unión que concede
la naturaleza, la reciprocidad
sobre la humanidad.
Hay una espada que concede
la memoria, el no olvidar
para el presente amoldar.
Hay una virtud que concede
la diferencia de piel, la admiración.
Hay una longevidad que
posee la fe, eternidad.
Hay caminos que concede
la decisión, el poder elegirlos.
Solamente existe un epitafio,
solamente el de conceder.


Existen tiempos de insomnios
solo algunos guardan felicidad...




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DESEO


Infinito espejismo colérico, diáfano,
atroz en pieles y sabores amargos.
Nubes de pupilas ahogadas,
mares de visiones turbias.
¡Tempestad, alud! ¡Vientos absorbidos!
Cabellos existenciales,
deslizándose en recinto de arena.

La cueva celeste incasable,
la tierra marrón repudiable.
Seres vislumbrados estrepitosos
en deformidad, voces hoscas monótonas.

El ruido vítreo estalla
y la red lo rearma.
Pantano arcaico, nostálgico.
Presencias esfumadas,
por el sendero opaco.

Sabanas vacías en el tiempo acelerado,
vueltas, vueltas y vueltas, mareo súbito, nausea iracunda.
La imagen sigue envuelta, ella esta
en beatitud, dichosa y excelsa.
Los ojos se abren y los
objetos permanecen intactos, ausentes.


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DE SERES Y NO TAN.

El ser debió relacionarse, aunque se niegue.
Él está hecho para relacionarse, al igual que el sistema
digestivo para nutrirse.


El hombre no puede realizar una quimera, para
no aceptar esta condición, quizás si, pero solo
unos pocos y con el tiempo adquieren un mundo
de meras fantasías, donde pronto los objetos
se convierten en personas.


No solo en los hechos existente el hombre crea,
también en los inexistentes hechos crea.
De a poco este ser pierde el juicio y pasa
a ser una pieza de la neurosis.

Finalmente su lógica navega eternamente
absorbida por la necesidad.

Hay cosas que parecen una enfermedad
y aunque no lo sean quedan secuelas...



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CUERPOS APLASTADOS
.


Tu esencia escéptica
es la verdad de las cosas.
Las palabras se desvanecen ante
tus acciones, cayendo
en el reino de la contradicciones.
Tu raíz es el fecundo árbol
que no confunde el espécimen.
Tus ojos emanan el
agua de moléculas emocional
que desecha la desdicha.
Tu hermandad es silenciosa
ante la plenitud de un distinguido ente.
Tu comprendes que el exceso
fonético emerge al repudio.
Tu sabes que las plantas forman
parte de nuestro organismo.
Tu sabes que los desacuerdos
son la imposición del pensar.
Tu sabes que finges dormir
porque no sueñas.
Tu sabes que aunque los vientres
se nieguen el amor maternal no muere.
Solo tu sabes.
Que las epidemias son suaves,
el espíritu de reciprocidad,
pero, también, tu sabes que es
la superficie contenedora
de la carne, osamenta y lo intangible,
aquellos que nos hace diferente,
que nos hace lobos de si mismo.


A un fantasma de América Latina...


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SOMOS


Incriminación al ente, mientras, define el sabor de
su piel. Constantemente anhela en el anochecer
inhalar aires de sosiego en campos de equidad.
Eólicos pensamientos expulsados por el malhechor
invaden nuestro socio ser. La lógica recóndita es soslayar.
Algunos ojos absorben la simetría, otros no tanto, pero
ninguno pierde el monótono contemplar sugerido en el amar.
Todos poseemos la condición de un área circular, ahogado en
un blanco mar y una pupila que en ocasiones se dilata.
Inminente las nubes forman grietas con orgánicas figuras abstractas
y eso es lo que somos, una incomprensión de seres bajo la apetecía
de una aurora sobre espíritu interno que exterioriza la lucha..


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Nadie anda.

Infinitos caminos
nocturnos de prados
iluminados por el lucero de nardos.
Apresurados pies
desnudos sobre
un sueño profundo.
Ventana plana y
chata que aspira seres
difusos en el amanecer
de un súbito enloquecer.
Párpados irritantes
de auroras importantes,
refugiado en un etéreo continente
de penumbra y aguas potentes.
El temor te toma la mano
pálida y sólida, el frió
te observa obligándote.
Eminentes calles extensa
aparente a la muerte, escalofrió
de seco arcaicos árboles.
Exhausto, refugiado y acurrucado
en un mar sobre un costado, la aurora
te encuentra durmiendo
descongelando la muerte a
tus espaladas.


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Hijos de la libertad.


Huye como el viento turbio,
propagándose enroscado en el sendero silvestre.
Huye diáfano inventor de aventuras que en la inercia
demuestras miniaturas en espesor y sale detrás de la cueva.
Huye iluminando en la oscuridad y ensordeciendo
el núcleo de la tierra.
Huye sobre la corteza, rebota y vuelve a tomar vuelo,
encogiendo algunas pieles en oquedad.
Huye del grito que mutua a la tierra donde
las muchedumbre siguen unidas y en la vida todos somos extraños aislados como
el sol de la tierra.
Huye del eco que nos agrupa llamado al temor.
Huye del sensible posesivo.
Huye de toda especie de juez.
Huye a las paginas por recorrer
que se entristecen si nadie las transita como desiertos inhóspitos para pies temerarios.
Huye si sobran manos para la concepción y proliferación de lo malvado.
Huye embarcando el naufragio de aguas excluidas y vastos ojos
de necesidad.
Huye deja el ser en un costado, él
no te pertenece es un señor
que circunda en ti negándose a la libertad.
Huye que la existencia te permite ser.

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