domingo, 22 de enero de 2012

Cristina Villanueva

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1) Ella tenía un mar en el pecho, a veces lago, a veces río, a veces llanto.


2) Ella le contó que tenía un mar en el pecho, el no supo que estaba navegando.Aunque las olas lo mecían, el era ateo de metáforas.Hasta que un día, él le dijo que iba a tirar la red de oro, para pescar en ese océano, jugaron mucho.A la noche la dureza de los pequeños corales y caracolitos en la cama, le devolvío la fe .


3) Una vez ella quiso ahogarse en ese mar íntimo.Como un milagro, un mascarón de proa de un dios marino, le contó historias, mientras los rulos de su barba se juntaban con palabras. ella quiso volver y flotó en la arena suave de los regresos.



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Budín de pan o una tarde casi cielo en la boca.



---Es un día de una tibieza esponjosa, como si guardara hebras de aire, globos rojos a punto de soltarse en una fiesta silenciosa. Mullida tarde de flores alzadas contra la ventana. Pensamientos, que buscan atraerme o entrar. La tierra lejos y esta suerte de poder navegar o ser navegada por el manojo, barco, ramo. de pétalos y hojas.Perderme así entre aromas y el gusto del café.

La leche como un mar blanco envuelve el pan, el dulce, las gotitas de luto de las pasas, los huevos. Un futuro budín duermiendose en el útero tenaz del recipiente, va a despertar en la boca de quien elija para darle a gustar las gotas de esta tarde.



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Botánica del tacto



Las flores amarillas largas como brazos, rodean la nuca del aire, se mueven con cierta languidez, suaves, sensuales, envueltas en verdes, como joyas de la tarde que se va .
Uma me dice "ya viene la noche". En la nueva mañana, si es que puedo, seguiré las caricias envolventes, cascadas de pétalos para tocar el aire. Para aprender de la inteligencia de las flores la morosa, libre cualidad de ese abrazo. .


Contacto: cristinavillanueva.villanueva@gmail.com

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