miércoles, 7 de diciembre de 2011

Alejandro Pinto - Tierra del Fuego.

*

Una columna
de humo entre los árboles
escapa de los mosquitos
que orinan el río

más tarde, de regreso
la ciudad se ilumina
como la virginidad
del pensamiento del césped
bajo la enagua de la luna

imaginé
entonces

dos toneladas de mosquitos
alrededor del mundo
queriéndonos explicar
algo nuevo
sobre
la
misma
mierda


*

Hoy volvió a morir Bukowski.
Los perros ladran como nunca.
Desnuda
y dorada la vida
al fondo del vaso
no va ser suficiente beberla
para cruzarla. Pero
no importa si volvió a morir Bukowski
…quedó una cerveza escondida
…un portazo a la nada
Los perros ladran como nunca
mañana
el sol dormirá hasta tarde.
Bukowski volvió a morir como en un bar
o en una crisálida
dilapidando
su gusana
belleza.


*


Una palmera
de humo escala la pared
sosteniendo de un lado
los pentagramas y del otro
los omóplatos tatuados
de ella, suyos, son
sus omóplatos que casi
me tocan
moviéndose hasta ahí
apenas
moviéndose
de las palabras
apenas
de su boca
abriéndose
paso en el aire
moviéndose que
casi
nada


*

Enseguida supe
que no eras de este mundo
ni era tuya la palabra
y que anoche
comiste tierra

y vi
más tarde
cuando dormías
que espantabas
murciélagos
de tu boca


y a la mañana
sobre la arena
que tachabas
mi nombre
con la cima
de esas nubes.


*


Una aguja en el armario
de las quimeras
vale
más que en un montón de paja. Eso sí
encontrarla
podría matarnos. La imaginación
es capaz de crear agujas inconcebibles
y con ellas atravesar la caja
del cerebro de lado a lado, agujas
pesadas como planetas, brillantes
como la búsqueda misma reflejándose en su cuerpo. Incluso
si nos acercáramos lo suficiente
podríamos mirarnos a los ojos.

martes, 6 de diciembre de 2011

Matias Anomiko

DEL OTRO LADO DE LA NOCHE

En la oscuridad
de la noche de todas las noches,
cuando la tristeza
es un zumbido en el oido
de la ciudad
y los perros ladran
y rompen las bolsas de basura.

Cuando el vecino de todos
da vueltas en su cama
pensando en el alquiler y el trabajo,
los gatos maullan y escapan
de sus sombras por los techos.

En el silencio hondo
del cantar de los muertos
el olvido construye puentes
para llevarme
del otro lado de la noche.


EL DE LAS VEREDAS Y LOS CORAZONES

Cuando la noche cae pesada
sobre las veredas
que estan lejos del mar
y lejos de las cumbres,
las veredas que pisamos
los que flotamos
en este comodo infierno
con vista al cielo,
donde los arboles se mueven
por el viento
que sopló nuestro ayer
para enviarnos con una patada de aire
hacia el mañana,
las veredas donde el amor
es el charco donde no se refleja
ningun rostro
y las penas son las baldosas flojas
que ensucian nuestro caminar,
un perro le ladra a la luna
sin mover la cola
porque el sabe
que en estas veredas
cuando la noche cae
se abren los parpados
de los corazones
gastados de caminar
por ellas.


POR DONDE MI SANGRE

Voy por donde mi sangre me arrastra,
voy despacio, con la luna llena,
con el vaso por la mitad,
con un cigarrillo que arroja cenizas
sobre el cuaderno.

Voy solo y quieto, con cien ideas
golpeandose entre si dentro de mi cabeza.

Voy en busca de un poema,
de la palabra exacta,
del momento oportuno.

Mientras los bares se llenan
y los autos chocan,
mientras la gente busca pares
en las esquinas donde no hay nadie.

Yo voy por donde me guía mi sangre,
que se entibia con la llegada de cada verso
que me visita.